Un amor con mucho duende by Antía Eiras

autor:Antía Eiras [Eiras, Antía]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2022-06-21T00:00:00+00:00

—¡Ey, Brennan!, ¿qué te parece si esta tarde traigo a unos amigos y tocamos un poco de música?

Satisfechos con la excelente comida —y unas cuantas pintas encima, todo hay que decirlo—, los antiguos clientes del pub parecen satisfechos con la perspectiva de retomar viejas costumbres.

—¿Has oído eso? —me habla Maud, con un brillo esperanzador en sus dulces ojos, al mismo tiempo que se guarda en el bolsillo del mandil los billetes que los hombres de nuestra mesa se han empeñado en pagarle.

Yo asiento feliz por verla tan entusiasmada mientras la ayudo a recoger los platos vacíos de nuestra mesa.

—Supongo que es buena señal que quieran volver —respondo tras empujar la puerta batiente de la cocina con el hombro y dejar los platos sucios en el fregadero.

Incapaz de ocultar su excitación, Maud me deslumbra con una sonrisa tan arrebatadora como emocionada.

—Es una excelente señal, Andrea, y esto confirma que yo tenía razón.

La miro con cautela y cierta tristeza por ser yo quien le ponga los pies en el suelo.

—Me fastidia decir esto, pero tal vez debamos esperar un poco para ser tan optimistas. No deja de ser el primer día, quizá celebrarlo tan pronto sea contraproducente.

Ella se acerca a mí, regalándome una sonrisa radiante, y me coge por los hombros.

—Tu comida ha triunfado por todo lo alto, ¿acaso no lo has visto?

—Sí, pero…

—Alababan lo deliciosa que estaba y eso no lo puedes negar.

—Es cierto, pero…

—Ni peros ni peras —me interrumpe—. Te aseguro que esta tarde correrá el chisme por todo el pueblo y mañana vendrán más, aunque solo sea por conocerte a ti y la curiosidad de probar tus platos.

Mi gesto titubeante no logra que su confianza decaiga, y yo solo espero que tenga razón.

El resto de la tarde transcurre de manera apacible, acorde a lo vivido en los últimos días. Aprovecho la tranquilidad que me ofrece mi lugar favorito en el pub para escribir un buen rato, hasta que por la puerta se asoman a media tarde varios individuos perpetrados con diferentes instrumentos musicales.

De manera ruidosa, se dirigen a una parte del local que parece esperarlos con añoranza, exigiendo unas buenas pintas al mismo tiempo que charlan animadamente con el resto de clientes. Tras unos minutos, comienzan a afinar varios instrumentos, cuyas notas flotan en el ambiente, logrando una excitación en mí que me colma por completo.

Atraída por una magia especial, abandono mi sitio para acercarme a ellos con los ojos humedecidos por la emoción.

—¿Te gusta?

Parpadeo para aclarar mi mirada y poso los ojos sobre el hombre parado a mi lado.

—Suena igual que una gaita gallega —admito conmovida—. Me recuerda a mi casa.

Siento que su mirada me traspasa al mismo tiempo que un velo de orgullo resplandece en sus ojos al reconocer el sonido de tan peculiar instrumento.

—Y es una gaita —me confirma Brennan—. La uilleann pipes[3] se diferencia de las demás en la forma de inflar la bolsa. Mientras que la gallega o la escocesa lo hacen soplando aire de los pulmones a través de una pieza de madera

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